13 de Oct

 Está bien, la Nini está bien... por suerte fue solo un susto. Sigue con los mismos problemas de siempre pero algo más grave como cáncer no tiene. Me tranquilizo, la abrazo y le doy besitos en el hocico y me apoyo en su vientre peludo para sentir su respiración.

Después de un rato me devuelvo a mi pieza, sintiéndome fatal, con ganas de que el colchón me trague y desaparecer de la faz de la tierra. 

Siento que todo lo hago mal. 

Siento que siempre meto las patas a más no poder. 

Siento que mi único propósito en esta vida es cagarle la vida a los demás.

Cierro los ojos, me recuerdo de niña, jugando en las calles del condominio con mi grupo de amigos. Llegando del colegio en el furgón a ver disney channel y comer unos cereales que mi nana me habia preparado. ¿Qué será de ella? Hace años que no la veo. Maldita pandemia, me arruinó muchísimos planes, aunque me trajo buenas cosas igual, tampoco me puedo quejar demasiado. 

Mi cabeza palpita, me duele... estoy con jacqueca. Debe de ser por el llanto de anoche, el alcohol de la madrugada y el estrés de la mañana. No sé cómo lograré hacer deporte hoy, pero ya me comprometi. 

Estoy en un mindset lastimero, bajoneado y debilitado. 

Necesito salir de ahí, por eso escribo... siempre había sido mi terapia, no sé por qué lo dejé de hacer. Vomitar todo lo que mi mente tiene para decir sin miedo a ser juzgada. 

Necesito cambiar el mindset, necesito seguir adelante, necesito volver a ser feliz. 

Estoy perdiendo gente que quiero por estar así, aunque por un lado lo agradezco porque las personas que más valoro son las que estan en las buenas y en las malas. No las que se quedan en las buenas y en sus malas solamente. Porque mi gente lo sabe, si necesitan de mi ahí estaré para ellos. De una manera u otra. 

Necesito encontrar tranquilidad otra vez, dejar de llorar y ser paciente conmigo misma. ¿Qué fácil no? Sobre todo lo último... Que rabia, soy paciente con casi todos menos conmigo. Soy comprensiva con casi todos menos conmigo. 

Agarro mi taza de té, me enojo conmigo una vez más porque como de costumbre, el hilito del té con el papel terminan dentro del líquido, como de costumbre, nunca aprendo. 

Es como que no aprendo nunca nada, todo se mantiene igual. 

Termino de tomar mi té y unas ganas de vomitar vuelven a mi, como cuando intenté desayunar. Aún así te hago caso y voy a comer algo, me hago un pan con jamón y queso, lo como desganada y paaf, otra vez me hayo abrazada al water. Sé que son los nervios provocados por la situación de anoche. 

Me llama uno de mis clientes, me preocupo, me da plazo para mejorar mis servicios hasta diciembre. No quiero perder este cliente, es el más importante que tengo y me gusta hacer el contenido para ellos. Un peso más para cargar, una preocupación extra. 

Recuerdo que el 19 de octubre me avisan si sigo o no en la empresa en la que estoy. Es una de las mejores pegas en las que estado, espero que me renueven contrato. 

Cierro los ojos y siento como mi garganta quema, como mi pecho me duele y mi estómago retruena. 

Son casi la 1 y aún no me he duchado. Me siento asquerosa, me asquea este cuerpo. Ni una ducha puede hacer que me sienta a gusto en él y no lo puedo cambiar. O sea, puedo hacer cambios en el peso... pero lo que realmente me asquea no lo puedo cambiar. 

Agarro mi rascador de cabeza para ver si me puedo relajar un poco y darme un auto nanai. Algo calma, pero no tanto como para sentirme bien. 

Me hablan mis amigas, presienten que algo va mal y me digno a decirles que ya estoy mejor... quizás, si comienzo a decirle a la gente que estoy mejor me sienta mejor? 

Quizás eso me ayude a cambiar mi mindset? 

Más tranquila estoy, me siento más tranquila. Pero no me siento bien. Maldita mente... por qué chucha no se calla, por qué chucha no se controla. 

Bajo a almorzar, no puedo comer todo lo que mi papá pone en el plato... Como un poco de arroz, la ensalada y un poco de salmón. Me duele el estómago ahora. 

Definitivamente, no aprendo. 

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