Un borrador... una suposición... una historia más
Supongamos que te echo de menos... ¿Volverías?
Supongamos que... no hay día en que no me acuerde de ti, y cada vez que te pienso tenga que distraerme para poder parar. Supongamos que me atrevo a decirte algo.
¿Reaccionarías?
¿Crees que merece la pena empeñar mi orgullo? ¿Empeñar la poesía?
Supongamos.. que desaparece aquel mes, aquel fin de semana. Supongamos que aquello no acabó conmigo. Supongamos que quiero ir de nuevo a ese lugar e intentar captar una imagen mientras llegas ahí.
Y ahora... ahora yo supondré que tú aún no me has olvidado, que no has borrado ni una sola fotografía mía, ni un solo mensaje.. ni una sola carta.. que tu intención no era la de alejarme matándome poco a poco. Que aún queda esperanza, que no la hemos desperdiciado toda.
¿Marcarías mi número?
Son las dos de la mañana y es tu silencio el único que ahora me despierta al caer la noche. Es tan difícil conciliar el sueño después de habértelo regalado a ti. A veces pienso en llamarte, o escribirte para que me lo devuelvas. Echo tanto de menos a la persona que solia ser antes de conocerte, antes de convertirme en la mitad de todo, de nada.
Sin ti me sobran la mitad de todas mis botellas de vino, los cinco minutos de más después de apagar el despertador, la mitad de la fruta que me quería comer. Me sobra la mitad de la cama, de la almohada, del sofá. Sin ti las películas las veo enteras y leer antes de cerrar los ojos ha comenzado a ser mi estrategia para poder dormir.
Y sin embargo, te fuiste.
Y a mí solo me queda suponer que a ti también te sobran las mismas mitades que a mí, que tú también echas de menos mis manos cuando tienes frío, y que la noche es la mitad de bonita sin nuestros besos.
Sigo parándome delante de cada tienda de motos, pero ahora sin ti, por si te viera pasar. Sigo notando tu nombre en mi nuca cada vez que me recojo el pelo y sigo recordando tus pecas cada vez que pienso en ti.
Ojalá decir que te grabaste en mi piel a fuego fuera solo una metáfora más.
Ojalá decir que te llevaste mi corazón... no fuese tan real.
Lo echo de menos, ¿sabes? echo de menos oírlo latir al otro lado de mi pecho.
Echo de menos el cafuné que te hacía hasta que te quedaras dormido.