26 de nov
Qué importa.. que importa lo que senti, lo que viví, lo que soñé, lo que añoré.
Qué importa si acabamos del cielo en este lugar en solo un segundo.
Estoy atrapada, quiero dejar de sentirme así, a ratos bien... a ratos mal. Estoy harta de estar aferrada a una persona que no me hizo bien, que me mintió no una, si no que mil veces a la cara y aún así logró hacerme sentir como que yo era la mentirosa, la que yo le jugué chueco y la que le fue infiel o desleal... Qué mierda.
Estoy cansada de seguir escribiéndole y ni saber si siquiera piensa en mi, si me echa de menos o si me sigue teniendo aunque sea un poco de cariño. Mi mente sigue dando vueltas en un quizás y en un... ¿Me habrá olvidado?
¿Cuándo se me pasará esto? ¿Cuándo dejaré de sentir que aún le debo mi lealtad, mi respeto y todo? Apuesto a que él ha seguido su vida, que ya consiguió a otra persona y tiene mil y un planes sobre todo para este verano.
Apuesto a que ya tiene mil fiestas, mil juntas, mil viajes y mucha gente por conocer. Apuesto a que está en la misma parada en que lo conocí: esas noches locas de sexo desenfrenado llenas de alcohol y descontrol. Apuesto lo que sea a que ya se acostó con por lo menos dos personas nuevas y yo aquí... seca como el sahara.
Pero bueno, es parte de la vida... es parte de crecer... Él es libre, puede hacer lo que se le da la gana y yo no puedo reclamar. Puedo sufrir a distancia con lo que mi mente se imagina, mientras intento autoconvencerme de que él no es para mi. Que merezco a alguien que me tenga confianza y no me mienta. Que no me vea la cara de idiota y me respete. Que sepa conversar los problemas siempre y no cuando le conviene. Que no ande jugando con otra mientras está conmigo.
No quiero eso, no lo merezco porque ni yo lo hago.