No hay vuelta atrás
Oí un golpe dentro de mí y desperté de un sobresalto, me quede en la cama con los ojos abiertos buscando un punto de orientación, elegí un recuerdo ubicado en la pared, me quede mirándolo y desde ese día supe que todo iba a cambiar. Me levante de la cama y vi como mi vida no tenia sentido, mi reflejo en el espejo era el de una extraña, con la cara pálida con ganas de morir. No paraba de pensar, de venirme pensamientos a la cabeza sin saber que hacer con ellos, sin saber como utilizarlos. Ese día no salí de casa, me quede pensando sobre que decisión tomar, me planteé una, era dura sí, pero la más fácil… Me dirigí hacia el escritorio, abrí el cajón del y saqué una hoja en blanco. Las manos me empezaron a temblar, pero no me impidieron dirigirme al estante y coger un lápiz. Decidí sentarme, para pensar, para elegir las palabras adecuadas para aquella situación, aunque no hubiese palabras adecuadas para aquello, para aquella elección. Respiré profundo y me levante decidida. Por un momento pensé volver a sentarme, pero eso no iba a arreglar nada, sin embargo de esta otra manera… no… tampoco iba a solucionar nada,pero amenos yo no tendría que pensar más.
Cuando estaba todo listo, miré de nuevo el recuerdo, con el que me había encontrado al despertarme, aquel al que observo minutos, horas, días… Aquel que me hace daño cada vez que veo, cómo pasó…
Sabía que ya no podría verlo más, que no lo sentiría cerca. Creía que ya nada más tendría sentido. No podría imaginar que en un mísero segundo ocurriera todo. Yo vi como el recuerdo era cada vez más tenue, más doloroso… Desde ese momento, supe que ya mi vida no tendría sentido.
Me dirigí hacia la cocina y dejé una nota en la nevera. Caminé hacia el balcón, y miré al horizonte, sentí la dulce brisa de la mañana, me sentí aliviada por un momento, como si aquello ya lo hubiese hecho alguna otra vez. Acaricié con mis manos los barrotes del balcón, luego con mis pies, con mis piernas, hasta terminar sentada en ellos. Miré hacia abajo y apreté con fuerza los barrotes que me sostenían del vacío. En ese último instante pensé en él, en mi vida, en momentos que me vinieron al instante buenos, malos… Solté… me precipité, y me dije: iré donde se me necesite. Segundos antes del final de aterrizaje, cerré los ojos con fuerza, para no volverlos a abrir…
Tiempo después cuando ya llegué a mi destino, cuando el avión me llevó a un lugar de donde no habría retorno, supe una cosa. Una cosa que me rompió el alma, algo que si tuviera ocasión, no me hubiera tirado por aquel balcón, pero ahora ya era imposible… Aquel recuerdo… No acabó con su dulce respiración, no se fue de mi lado en aquel momento, lo hubiera tenido de nuevo, lo hubiera abrazado si yo no…. En fin, ya no puedo volver atrás. Ya no puedo estar junto a él. Elegí mal, corté mi camino sin saber que mi recuerdo aún seguía en él.