Cuando te das cuenta que todo este tiempo estuviste en negación
Lo sé, fracasé.
Intenté superarlo de la mejor manera posible pero cada vez lo volvía a intentar me equivocaba de manera insólita.
Ya está, me di cuenta de que no hay marcha atrás. Pero el problema está en la pared que tengo construida para que no me vuelvan a herir, el mayor obstáculo es el freno que tengo puesto para no ilusionarme con cuentos baratos.
Culpo a todos aquellos que me hicieron daño de manera innecesaria. Culpo a las palabras que algún día escuché y creí, esas que me enamoraron, me engancharon, me sedujeron. Pero ya no, no más. Para mi las palabras están vacías, los actos hablan por si solos.
Me cuesta sentir, amar, entregarme por completo. No se me hace fácil confiar, no quiero volver a sentir que me pasaron a llevar, que jugaron conmigo, que di todo y me lo devolvieron con engaños.
Es cuando va todo demasiado bien es donde me freno, me niego, me asusto y me alejo.
Intenté seguir adelante, decir que ya no me importaba.
Es ahora, cuando lo veo con otra, que me doy cuenta de lo estúpida que fui en haberle creído cada mínima palabra. Pero a la vez, estoy contenta de que se haya ido; ya no tengo que soportar sus malos tratos y sus comentarios hirientes.
Pongo todo en una balanza y definitivamente fue mejor que cada uno se fuera por su lado, me han pasado más cosas buenas que malas desde su partir.
He estado en negación porque yo también conocí a alguien, pero me nubla mi relación pasada. Me inunda el miedo de pasar por lo mismo, me aterra llegar a perder mi autoestima y mi tiempo personal. Hacer lo que me gusta, volver a ser la misma persona que fui en el pasado: infeliz.
El que no arriesga no gana dicen por ahí y tengo que probarme a mi misma que puedo pasar la página sin mirar atrás.