Cuando un corazón está roto.

Cuando un corazón está roto actúa de maneras inimaginables; se enfría, se confunde, se enoja, se entristece. Nunca pensé que llegaría el día en que ya no se tratara de ti, que yo ya no actuara para darte el gusto. Me rompiste en mil pedazos.
Me pides que te escuche porque tienes algo pendiente conmigo, que te de el gusto, que es lo correcto. Dime tú, ¿eres el indicado para hablarme de "lo correcto"? Cuando el que metió la pata la mayor parte del tiempo fuiste tú, el que fue un hipócrita por mucho tiempo fuiste tú, el que me usó y manipuló como quiso fuiste tú. No digo que yo haya sido una santa, no, nunca lo fui. Es más, nunca te pude amar como amé a mi primera pareja. Pasaba imaginandome un mundo y un amor que no logró incorporarse en mi cuando pensaba en ti, porque ese amor sigue guardado para el anterior. Porque el anterior fue mi mejor amigo por mucho tiempo, mi partner, tú nunca llegaste a ocupar ese lugar. Debo confesar que nunca he dejado de mirar y añorar esa relación, esa pareja, esa amistad y complementariedad que tuve con él. ¿Te amé? Si, pero no en el nivel que quería. ¿Te fui fiel y servicial? Siempre. No tengas dudas de eso.
Ya llevamos dos semanas de haber terminado, de los cuales tres dias te lloré, una semana te extrañé y lo que sobra te llevo odiando. Porque no puedo creer que estuve con una persona que nunca le interesó mi bienestar sobre el suyo, que aún después de haberme dejado se atreve a aparecer sin respetar mis decisiones porque sus deseos son más importantes que los míos. Ya me has hablado cuatro veces, las cuatro veces te he dado la misma respuesta. ¿Qué pretendes? Dime. ¿Pretendes que no te olvide? Por qué no lo haré, fuiste parte de mi vida, de mi historia por mucho tiempo. ¿Quieres meter más el dedo en la herida? No lo estás logrando, ya no tienes ese poder sobre mi. Tampoco eres mi prioridad en este momento, mi prioridad soy yo, que te quede claro. Mi bienestar, mi paz mental, mis metas.
Piensa, la relación anterior a la tuya la sigo sufriendo a veces y a ti te olvidé en menos de una semana. Obviamente no te lo diré nunca y seguiré con la máscara de víctima porque no mereces menos. La manipulación siempre ha sido mi fuerte, como la de cualquier mujer.
Ahora, el próximo que deje entrar de manera sentimental en mi vida va a tener que demostrar que lo vale. Mi lazo con esa persona tendrá que ser tan fuerte que sentiré que me enamoré de mi mejor amigo. Si no, no lo vale.

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